Tipo de público: Infantil /Juvenil
Edad:
Sonido
Educación y Programas Públicos
El primer curso de Los sonidos de la escuela rural (2017-2018) comenzó con el planteamiento de una serie de preguntas que surgieron de uno de los objetivos del proyecto: buscar la relevancia del espacio local frente al imaginario global, fomentando la experiencia de las vivencias cotidianas y la relación con el medio en el que se expresan.
Con la primera pregunta, “¿cómo sonamos nosotrxs?”, sonamos con la voz y el cuerpo en un proceso de descubrimiento propio y colectivo. Reflexionamos sobre los conceptos de sonido, ruido y silencio, mientras empezamos a experimentar con los parámetros del sonido a través de juegos y actividades en grupo. Para ello utilizamos herramientas como el coro de improvisación (conocido en el CRA como “La Orquesta«), el ciego y el lazarillo o sillas-zombi.
Después expandimos esa pregunta a nuestro contexto, investigando sobre el paisaje sonoro y el registro del sonido. Para contestar a “¿cómo suena nuestro entorno?” nos guiaron una serie de preguntas a las que contestamos en lenguaje sonoro, grabando:
En el segundo trimestre incorporamos el concepto de oralidad y narración. De manera paralela, diferentes músicos de Juventudes Musicales de León colaboraron con nosotros en las sesiones, mostrándonos sus instrumentos y participando en las actividades habituales que realizamos. Juegos como “máquinas” o “narra-sonidos”, sonaron de maneras muy diversas y empezamos a ver que nuestras preguntas se podían contestar de distintas maneras.
A mediados de curso se incorporó a nuestro proceso creativo Hara Alonso, compositora colaboradora del proyecto, que escribió cuatro cuentos musicales: La gota peregrina, El carpintero que escuchaba a los árboles, Papagena 2150 y Busca en otro sitio. Estos cuentos tenían inicialmente una parte narrada y una parte musical. Lxs alumnxs del CRA sonorizaron la parte narrada sin saber que existía una partitura para orquesta. De esta manera, investigamos cómo podía sonar una narración, es decir, cómo sonaban las realidades descritas por el cuento. Utilizamos objetos sonoros, pequeños instrumentos, algunos inventos, nuestras voces y nuestros cuerpos. Después, juntamos las dos sonorizaciones (la de lxs alumnxs y la partitura orquestal) formando la versión definitiva de los cuatro cuentos musicales y las tocamos en un ensemble formado por dos orquestas (Joven Orquesta y Orquesta de niñxs). Con este proceso creativo empezamos a descubrir cómo suena el mundo, del que formamos parte a través de nuestro sonido y el de nuestro entorno.
Durante el primer curso, la relatoría del proyecto fue colectiva y realizamos tres relatos sonoros en formato podcast que narraron nuestra experiencia. Estos relatos se nutrieron de nuestras grabaciones de campo, juegos, actividades, opiniones,… y nos sirvieron como diario.
Todos los días realizamos una asamblea donde valoramos las sesiones y planteamos propuestas de cambio. Para reflejar nuestras reflexiones utilizamos los cuadernos de escucha, donde escribimos lo sonidos que nos gustan, los que no nos gustan y los que queremos grabar, así como tareas, ideas y propuestas para la asamblea.
Cofinancia:
Esta entrada también está disponible en: Inglés