Micronesia. Un lugar para sostenernos

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23 Julio, 2018 - 27 Julio, 2018
De 16.00 a 19.00 h.

Ciclo:
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Tipo de público: Infantil /Juvenil

Edad: De 12 a 18 años

Educación y Programas Públicos


Micronesia. Un lugar para sostenernos

23 Julio, 2018 - 27 Julio, 2018

De 16.00 a 19.00 h.

Micronesia es un taller de performance que se hace con cuerdas… o en una cuerda… o sobre una cuerda… o desde una cuerda… o a través de una cuerda… o entre cuerdas. Anudándonos. Desanudándonos. Convirtiéndonos en cuerdas. Transformándonos en hilos, en lanas, en cintas, en sogas, en nudos. Descubriendo que podemos escribir historias con nuestros cuerpos en esas cuerdas y buscando un lugar en el que estar atados a los otros y sosteniendo a los demás. Este taller surge a raíz de una residencia de creación desarrollada en Ecuador en 2017.

Impartido por Alfredo Escapa
Trabaja en las artes escénicas contemporáneas con creaciones que tienen como principal temática el cuerpo y el eco que las palabras dejan en los lugares y en las personas que los habitan. Pertenece al colectivo “somospezes”.

 


Este proyecto forma parte del trabajo de investigación «Nudo» que se inició durante el mes de julio 2017 en Ecuador. Un proceso llevado a cabo dentro de la convocatoria que Satélite, Residencia en Movimiento desarrolló en la sede de Arte Actual de la Universidad Flacso en Quito, el espacio de creación Pujinostro en Pujilí y que ha continuado en diversos lugares de España.

El contacto con la comunidad De Alpamalag de Acurios, con el músico indígena Julián Tucumbi, con el mundo andino y con el proyecto sobre el khi-punk del colectivo Central Dogma ha propiciado el desarrollo de unas herramientas de creación que tiene en la identidad, el debate, la discusión, el conflicto, las formas de vivirlos desde lo físico y la búsqueda de la identidad sus temas principales, poniendo la mirada en los cuerpos y su relación con la palabra en acción. Para lograrlo utilizo distintas variantes del khipu, palabra quechua que significa nudo, ligadura, atadura, lazada. Un artilugio nemotécnico inventado y usado por las civilizaciones andinas, que mediante cuerdas de lana o de algodón de diversos colores y, en éstos, nudos, era utilizado para la contabilidad y como sistema gráfico de escritura.

Los trabajos resultantes tienen mucho de etnografía experimental en el sentido que da Catherine Russell cuando afirma que “la etnografía experimental se refiere a repensar la estética y la representación cultural” poniendo en cuestión las formas y los modos de hacer, “desmantelando el impulso universalista de la estética realista en un choque de culturas, voces, cuerpos y lenguajes“. La búsqueda de la igualdad, la responsividad en el encuentro etnográfico y la reconsideración de la relación jerárquica entre observador y observado son, junto con la puesta en valor de los saberes profanos junto a los saberes expertos, los pilares fundamentales de este trabajo.

Los proyectos resultantes son los siguientes:

Nudo, una pieza escénica contemporánea que se estrena en el mes de julio de 2018.

– Y Micronesia-Lo que nos sostiene, un taller en el que a-nudamos y des-nudamos los debates y conflictos, tanto individuales como colectivos, utilizando nuestras herramientas corporales. No tratando de solucionar estos temas, sino intentando situarlos en nuestra realidad a través de la fisicidad propia para intentar convivir con ellos.Un taller en el que las personas trabajan, usando sus propios cuerpos y palabras, a partir de lo que les une a las demás, con esos tentáculos-cuerdas que desarrollamos cada una de nosotras.

Este último, que es el que nos ocupa en esta ocasión, incluye tres líneas de estudio simultáneas: prácticas del cuerpo en relación con el lugar de atención (la identidad, el espacio y el tiempo), el estudio práctico y el desarrollo de materiales y sus posibilidades performativas, y el análisis y exposición de las distintas particularidades a fin de que los participantes desplieguen sus propios intereses de investigación.

A partir de los ejercicios que ponen el acento sobre el cuerpo, se promueve en los participantes un movimiento oscilatorio de comprensión, análisis y negociación, en el proceso de pensar con el cuerpo los límites y las posibilidades que conlleva el paso de lo individual a lo colectivo a través de los afectos. En las diferentes propuestas los cuerpos aprenden; a partir de una experiencia común, a partir de relacionarse con otros cuerpos y de cobrar conciencia del espacio que ocupa su propio contenedor de vida en el tejido del mundo.

Las actividades que se realicen mantienen diferentes niveles de profundidad que hacen posible múltiples abordajes de acuerdo a las personas que conforman el grupo; en ellas se plantean incógnitas esenciales para la vida que son ejecutadas desde los diferentes puntos de la experiencia vital. Ahí es donde aparecen los procesos y condicionamientos que operan en la conformación de la identidad de cada una de las personas.

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