¿Por qué os habéis hecho esperar 4 años sin sacar disco?
Enrique: El disco estaba grabado en el verano del 2011, y se ha ido rematando durante un año y medio: recordings, letras… Primero vamos al estudio todo el grupo y luego cada uno por su cuenta va haciendo las cosas en casa… Ha sido imposible terminarlo antes por nuestro día a día y también por este proceso que seguimos para grabarlo. Se ha alargado todo demasiado, la verdad, lo teníamos que haber acabado un año antes, pero así fueron las cosas y estamos contentos; ha salido como queríamos y eso es lo que importa.
Con todo el tiempo que ha pasado, ¿consideráis que ha habido una evolución en vuestras letras?
Urs: Hombre, supongo que habrá habido una evolución en todos los sentidos. Pero ha sido de forma natural, sin proponernos cambiar de tercio radicalmente. Pero sí, en 4 años de vida pasan muchas cosas y eso se notará en las canciones.
Todas nuestras letras son personales, pero algunas están más directamente conectadas con las vidas de algunos de nosotros. Como Menudo par que habla de los hijos que ha tenido Enrique (o mejor dicho su mujer) [risas].
En este tiempo también habéis podido colaborar con la Fundación Robo, ¿cómo surgió?
Somos amigos de Roberto Herrero, que es el alma mater de la Fundación Robo y un día nos dejó caer que si queríamos participar. Teníamos 100 ciclistas a medias, una canción de Urs, que pudo adaptar de forma muy natural al tema de una manifestación de ciclistas en pelotas que pasaba cerca de su casa. Lo cual era perfecto para la colaboración.
Ramiro: Y se ha editado hace poco por fin en formato físico. Así que se ha cerrado un proceso muy interesante.
Vuestros discos están autoeditados, ¿qué os lleva a elegir esta forma de trabajo?
Rodrigo: Es un poco de todo. La verdad es que tampoco hemos tenido muchas ofertas y por nuestro ritmo, por nuestra forma de hacer las cosas no sé si encajaríamos en una discográfica.
Por este motivo también es por lo que hemos tardado tanto en terminarlo; somos nosotros los que componemos, vestimos las canciones, las desvestimos, las grabamos, las mezclamos. Todo eso lleva unos tiempos que no coinciden con los de las discográficas.
Vuestro último disco, Hurra, igual que el primero, está editado además en vinilo, ¿por qué?
Rodrigo: Nos gusta como suena y hemos tenido siempre muchos y seguimos comprando. Es un tema sentimental y a la vez se vende mejor.
Enrique: Sobre todo en los directos
Rodrigo: Nuestro público en especial compra mucho vinilo y con este disco estamos especialmente satisfechos, al contrario que con el primero con el que tuvimos un problema y nos comimos una edición entera… Hay una cosa que se llama el test pressing, que sirve para validarlo antes de sacar todas las copias, y que no nos pasaron. Nos llegaron 500 vinilos que se oían mal, así que tuvimos que volver a hacer la tirada.
Enrique: Gráficamente también es mejor el vinilo, se aprecian mejor los detalles de la portada…
Rodrigo: Y está volviendo otra vez. Tiene sus limitaciones pero compensa.
¿Qué música os influencia?
Enrique: Nada [risas]
Rodrigo: Todos somos consumidores de música en vinilo, también en Spotify o Youtube… Y creo que hemos escuchado prácticamente de todo. Punk, new wave, reage de los 50, ska, rock and roll, blues, R&B, música negra, soul… Y supongo que en mayor o menor medida nos influye, porque es nuestro bagaje, pero sin buscarlo.
En este disco a Enrique le dio un venazo y recuperó el sello de música soul, STAX y algunas canciones tienen una base rítmica muy motown, muy sólida, machacona, repetitiva…
Enrique: Sí, pero también nos influye el pop. Tenemos muchos grupos de cabecera desde la infancia: The Beatles, The Birds, Love, The Zombies… Y otros más raritos: The Monochrome Set, The Soft boys o Captain Beefheart…
¿Y de españoles nada?
Ramiro: Ayer mismo en el Húmedo, mientras nos tomábamos un vino, hablamos de un músico que hemos re-descubierto recientemente y que hace un trabajo muy bueno: Joan Colomo. También nos gusta Sr. Chinarro.
Enrique: Y la música española de los 80, aunque no la hayamos consumido especialmente, sí se nos ha quedado, igual que la música de nuestros padres. Lo más directo por mi parte podría ser Patrullero Mancuso, un grupo de los 90, formado en parte por mis hermanos Javi y Manuel. Cuando ellos empezaban yo tenía 11 años y les tenía ensayando debajo de casa, así que te puedes imaginar.
Rodrigo: Es que te influye tanto lo que te gusta como lo que no te gusta. Lo que te rodea quieras o no quieras, al final lo tienes ahí. Nosotros somos del 76, 77, 79, así que también supongo que nos han influido desde Los Chichos y La Cabra que hemos vivido debajo de casa muchos de nosotros, hasta Radio Futura o Las Grecas.
¿Qué opináis de la comparación con El niño gusano?
Urs: A veces lo dicen hasta de canciones mías, y yo soy alemán, así que nunca me ha influenciado. Ni siquiera les he escuchado mucho, no recuerdo ninguna canción suya para decir si nos parecemos o no… Lo dice mucha gente, lo cual tampoco es prueba de nada porque a veces se copian unos a otros.
¿Cambiáis mucho del disco al directo?
Rodrigo: Los vientos que traemos para este concierto son Santi y Fran que son los que nos acompañan en el disco y llevan ya un tiempo con nosotros: ya el anterior disco lo giramos sobre todo con ellos. Pero el disco tiene elementos que en el directo no hay: alguna cuerda, algún piano, coros…
Enrique: Pero las canciones en sí no cambian, excepto alguna antigua que sí va evolucionando según pasan los años. El primer EP es del 2005 así que da tiempo a que cambien de forma natural.
Ramiro: Hay gente que dice que les gusta más nuestros directos que los discos: la energía que desarrollamos. Los discos al lo mejor son más pulcros y arreglados y los directos más frescos.
Rodrigo: Lo cual es bastante común al pop-rock, que aún respetando estructuras, en los directos te vienes arriba.