Bernardo Alonso Villarejo (Bembibre 1906-1998), fotógrafo aficionado y amateur, trabajó bajo el objetivo de las míticas camaras Leika y Rolleiflez, consiguiendo expresar su realidad personal y su mundo a través de un lenguaje fotográfico muy novedoso para la época.
Sus condición social le permitió experimentar y profundizar en el mundo de la fotografía y aunque su producción personal no es muy amplía, trabajó sobre todo en los años 50 del s.XX, dejó notable muestra de la excelencia de su trabajo.
Maestro del claroscuro, gran analista de la luz, con composiciones muy trabajadas y descriptivas pero a su vez con escenas más sutiles que buscan la captación del instante; interesado en la recreación de espacios escenográficos y en la expresividad del gesto, así como en introducir efectos que hicieran resaltar la escena, profundizó en temas de diversa índole que van desde el mundo rural más intimo a la actividad de las grandes ciudades europeas como París, Roma, Venecia o Lisboa; la infancia y la maternidad; lo cotidiano y lo espiritual; la importancia del agua como elemento expresivo, el mar y las series experimentales.
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